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Cuba y Venezuela: Un Cuento de Dos Países

Cuba y Venezuela

El día que Chávez conoció a Fidel Castro, su infatuación por quien consideraba su ídolo lo llevó a dejarse embaucar por un experto vendedor de ungüentos de culebra. Esta fascinación hizo que, una vez electo presidente de Venezuela, encaminara al país hacia un rotundo fracaso económico y social bajo el signo del socialismo del siglo XXI.
Chávez, cautivado por la figura revolucionaria de Castro, adoptó muchas de sus políticas e ideologías, creyendo que podrían transformar a Venezuela en una utopía socialista. Sin embargo, en lugar de fomentar la prosperidad y el bienestar social, el gobierno chavista implementó medidas económicas que llevaron a la hiperinflación, la escasez de alimentos y medicinas, y el colapso de la infraestructura básica.
El modelo económico impuesto por Chávez, basado en la nacionalización de industrias y el control estatal de los recursos, desincentivó la inversión privada y condujo a una pésima gestión y corrupción generalizada. La dependencia excesiva del petróleo como única fuente de ingresos hizo a Venezuela vulnerable a las fluctuaciones del mercado global, exacerbando aún más la crisis.
Socialmente, el país se vio sumido en una creciente polarización y represión. Las promesas de igualdad y justicia social se convirtieron en un espejismo, mientras el gobierno utilizaba tácticas autoritarias para silenciar a la oposición y mantener el control.
La herencia del chavismo, perpetuada por Nicolás Maduro, ha llevado a Venezuela a una situación crítica, con millones de venezolanos emigrando en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida. El sueño de una revolución socialista se ha convertido en una pesadilla de pobreza y desesperación.
En retrospectiva, la admiración ciega de Chávez por Castro y su decisión de seguir sus pasos sin cuestionar las realidades y desafíos específicos de Venezuela, fueron el origen del tortuoso camino de destrucción de uno de los países más ricos del mundo.

Cuba Hoy
Cuba tuvo oportunidades para reformar su economía al estilo de Vietnam, con una apertura al libre mercado bajo control del Partido Comunista. Sin embargo, estas iniciativas fueron saboteadas por facciones del alto gobierno que temían perder frente a la prosperidad, el control férreo sobre su hambreado pueblo.
La apertura promovida por Barack Obama en 2014 dio incipientes esperanzas de un cambio, pero al no querer el obcecado gobierno comunista aprovechar esa oportunidad de abrir su economía al mundo, todo siguió su curso en picada.
Cuba está hoy más que nunca sumida en una crisis económica sin precedentes. El desabastecimiento crónico, la inflación descontrolada y los apagones constantes son síntomas de un sistema que está al borde del colapso.
El descontento entre la población cubana ha alcanzado niveles críticos. Las protestas por la falta de alimentos y electricidad, como las recientes movilizaciones en Santiago de Cuba, reflejan un desespero creciente de las masas populares.
La relación entre Cuba y Venezuela se ha basado en el intercambio de petróleo venezolano por servicios médicos y asesoramiento político de Cuba. Esta alianza ha sido crucial para ambos países, pero especialmente para Cuba, que dependía del petróleo venezolano para sostener su economía. Sin embargo, con la crisis en Venezuela, esa fuente de apoyo se ha debilitado, agravando la situación en la Isla.
La respuesta del gobierno de Diaz Canel ha sido culpar a factores externos como el bloqueo norteamericano, en lugar de abordar las causas ciertas del malestar.

Venezuela Hoy
Venezuela, bajo Nicolás Maduro, ha adoptado muchas de las tácticas represivas del régimen cubano. La economía venezolana se ha desplomado, y la represión contra la oposición se ha intensificado. Al igual que en Cuba, el descontento popular en Venezuela ha crecido, con una oposición que lucha denodadamente por una alternativa viable de libertad.
La inminente victoria de la Unidad Democrática en Venezuela, liderada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, en las elecciones de julio de 2024 podría marcar un punto de inflexión en la relación entre Venezuela y Cuba. Esta coalición ha prometido revisar y potencialmente cancelar los acuerdos bilaterales con Cuba que consideran perjudiciales para Venezuela. Esto incluiría el fin del suministro de petróleo subsidiado que ha sostenido a Cuba durante años.
Además, Machado y González Urrutia han enfatizado la necesidad de recuperar la soberanía nacional y reducir la influencia cubana en los asuntos internos de Venezuela. Terminar con los privilegios abusivos que Cuba ha disfrutado bajo los gobiernos chavista-maduristas es un clamor por el que clama la gran mayoría de venezolanos, civiles y militares, con sentido de patria.

El Regreso a la Normalidad
El triunfo de la Unidad Democrática en Venezuela servirá como una poderosa inspiración para el pueblo cubano. La transición hacia un gobierno democrático en Venezuela enviará un claro mensaje de que el cambio es posible, incluso en las condiciones más adversas.
La victoria de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia debe avivar el anhelo de libertad del pueblo cubano. A fin de cuentas, la lucha compartida por la libertad y la justicia fortalecerán los lazos entre Cuba y Venezuela y hará que, cuando ambos regresen a la normalidad, sean socios en la prosperidad y el progreso.
_______________________________________________________________________________________________________________Autor: Alfredo Gonzalez (venezuelaunida.com)
Foto Cortesía de Pixabay

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