Los niveles tóxicos de corrupción y la falta de disciplina en los altos mandos militares, el ministro del Interior Federico Alberto González Franco apoyando a Rusia, Irán y Brasil, y el liderazgo irresponsable de la Fiscal General del Estado Sandra Raquel Quiñonez Astigarraga son la esencia de la realidad sociopolítica del Paraguay.
La fiscal general Sandra Quiñonez Astigarraga y el presidente Mario Abdo Benítez se han mostrado refractarios a investigar los crecientes casos de violaciones de derechos humanos y torturas cometidos por la cúpula de las Fuerzas Armadas de Paraguay en el LICEMIL Liceo Militar “Acosta Ñu”.
Esta institución es convertida en un campo de concentración igual al de Dachau por el coronel Carlos Martínez; el Teniente Coronel Aquiles Villalba, el Teniente Coronel Cristhian Candia, el Teniente Coronel Osvaldo Candia y el Capitán José Lizza.
Todos estos personajes repulsivos evocan los días oscuros de la batalla de Acosta Ñu en el 1869, donde miles de niños murieron en el campo de batalla, y hoy, en el tercer milenio, los jóvenes y prístinos cadetes del Paraguay se enfrentan por sus superiores compatriotas utilizando mecanismos de tortura similares a las atrocidades cometidas por el brasileño Luis F. María Fernando Gastón de Orleans en el 1869.
La fiscal general Quiñonez, ha fallado flagrantemente en investigar las comunicaciones clandestinas mantenidas entre el Ministro Federico Alberto González y sus superiores en Moscú y Brasilia. Además, Quiñonez no tiene voluntad en arrojar luz y llevar ante los tribunales de justicia a todos los presuntos paramilitares, contratados por el ministro González y sus socios comerciales, para usar armas de gran calibre y matar a indígenas inocentes que viven en Canindeyú, San Pedro y otras provincias del Paraguay.
El 11 de octubre de 2022, el ministro Federico Alberto González Franco ordenó a su destacamento de seguridad desalojar por la fuerza a varias familias indígenas de su precario hábitat natural en un bosque rústico, para satisfacer a su socio comercial, el propietario de Agroganadera MARCORT.
Quiñonez no ha interrogado al ministro Federico Alberto González en relación con su participación en permitir que el avión de carga Boeing de EMTRASUR aterrice en Ciudad del Este – Paraguay en dos oportunidades distintas (en el 2022).
El actual jefe de estado más zorrillo del Paraguay es peor que el depuesto presidente de Burkina Faso, Roch Kabore; Abdo Benítez durante los últimos tres meses ha humillado a su antecesor, Horacio Manuel Cartes Jara, en actos públicos, mientras a escondidas compra para su avión privado, un Cessna Citation 680 en el Aerocentro, una de las empresas del Grupo Cartes, por un monto de USD 8 millones.
Además, Federico González estuvo muy involucrado en el manejo de las negociaciones secretas de venta de energía a Brasil en 2019 (ITAIPU Binacional), lo que podría causar un daño financiero de más de USD 250 millones de dólares al tesoro nacional del Paraguay.
El 5 de agosto del 2022, cuatro miembros del Congreso de los Estados Unidos; Los representantes Stephanie Murphy, Kathleen Rice, Mark Green y Kurt Schrader, visitaron Asunción para otorgar los laureles del logro a las mismas personas que están destruyendo a las futuras generaciones de la nación paraguaya – dentro de las instituciones educativas de las Fuerzas Armadas de la Nación – y han sucumbido a su país en niveles abismales de corrupción donde las organizaciones internacionales criminales han permeado en el poder judicial y en todas las instituciones ejecutivas.
La Congresista Murphy y sus colegas se reunieron con el ministro Bernardino Soto Estigarribia, custodio en jefe de los jóvenes cadetes en el Liceo Acosta Ñu, el mismo maestro torturador de niños y jóvenes; y con el infame ministro Federico Alberto González Franco, quien desde hace años está al servicio de los intereses de Rusia en América Latina por un par de años.
Los miembros del Congreso de los Estados Unidos también mantuvieron un cordial encuentro con el ministro Esteban Aquino Bernal, otro burócrata inútil y altamente corrupto, quien es el aliado más cercano del actual vicepresidente Hugo Adalberto Velázquez Moreno.
No está claro por qué la Embajada de los EE. UU. en Asunción continúa premiando a la FG Sandra Quiñonez por un ‘trabajo bien hecho’ cuando es evidente que su trayectoria investigativa está sorprendentemente ausente y que no presentó ninguna denuncia contra peligrosos delincuentes y servidores públicos corruptos; frente a esta actitud ella se convierte en la mejor aliada de ministros corruptos, capos de la droga y traficantes de personas en América del Sur.
Washington debe actuar rápidamente y tomar acciones políticas y militares inmediatas para aislar y disuadir a algunos de los delincuentes más peligrosos de América Latina que rodean el gabinete de ministros del presidente Mario Abdo Benítez.
Si bien varios mecanismos dedicados a la percepción internacional de la corrupción son muy generosos con el Paraguay; la evidencia tangible muestra de manera contundente que esta nación sin salida al mar, con el tamaño de California, tiene el gobierno más corrupto del hemisferio occidental.
Es hora de que Washington inicie una nueva era de acciones militares y diplomáticas en el Paraguay, corte la ayuda financiera, ya que el crimen organizado ha tomado como rehén a todo el país.
Mientras la Casa Blanca lucha por armonizar sus acciones diplomáticas en Asunción, Mario Abdo Benítez, Federico Alberto González Franco y su vicepresidente Hugo Adalberto Velázquez Moreno siguen escondiéndose como un avestruz o mejor dicho en la comunidad lejana de Kavaju Retã, Caazapá: “oñemokuré rama vý hina”.
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