Han pasado un puñado de días desde que los venezolanos contuvimos la respiración y pasamos la noche en vela mientras leíamos los mensajes de los vecinos de Las Tejerías. Fue una noche larga y un amanecer triste, como el que no habíamos vivido desde hace mucho tiempo y desde entonces nuestras oraciones y esfuerzos se han dirigido a esa comunidad del Estado Aragua, que había alertado días previos a las autoridades sobre el riesgo.
En medio del dolor que causa una tragedia que alcanza a tantos venezolanos, resulta esperanzador conocer de primera mano el compromiso de los miles de voluntarios que se están movilizando para ayudar a las víctimas, como es el caso de Ángel, quien recientemente estuvo en el sector El Beisbol, Las Tejerías, haciendo la primera entrega de alimentos para cien familias de la comunidad, un aporte levantado con el esfuerzo de los amigos de Aragua que están vinculados con los 35 comedores de Alimenta la Solidaridad que hay en la entidad y gracias al apoyo de todos los que trabajan a nivel nacional, con los comedores de Alimenta.
Ángel conoce bien la importancia que tiene la solidaridad en medio de emergencias humanitarias complejas como estas, lo vivió de primera mano en el 2018 con los eventos de El Limón cuando participó en la cadena de voluntarios que trabajó para ayudar a los vecinos de esa población aragüeña, un aprendizaje duro, que ha tenido que recordar en estos días ante un suceso de proporciones mucho mayores, nos advierte.
El envío de productos de primera necesidad, cinco días después de la tragedia, es sólo un primer paso coordinado, planificado y desplegado con el esfuerzo de distintos sectores y sobre todo gracias al compromiso de los propios vecinos de Las Tejerías que, a pesar de desgracia de agua y lodo, han logrado permanecer organizados para hacer frente al desastre. Ángel nos explica la importancia que tiene el poder popular en estas contingencias, los propios vecinos con un fuerte compromiso de servicio público, son los que conocen de primera mano las necesidades de los damnificados, son los que pueden organizar sobre el terreno los centros de acopio y atención a las familias, son quienes manejan de primera mano la información de lo que se necesita y tienen la capacidad de desplegarse para atender rápidamente las urgencias de las víctimas, en definitiva, nos recuerda Ángel, la “organización comunitaria es la mejor garantía para que la ayuda llegue a la gente”.
La solidaridad es un valor que aparece con fuerza y se reafirma en sucesos como el de Tejerías, pero esta vocación por la solidaridad que tanto nos caracteriza como pueblo, alcanza su verdadera fuerza cuando se pone en práctica con criterios técnicos apropiados, dirigiendo de manera coordinada el esfuerzo y aprovechando la experiencia y aprendizajes que se han consolidado en las comunidades. El venezolano es gente buena y somos muchos mejores cuando trabajamos juntos.
Pero de ninguna manera esto esconde la terrible realidad de un país donde la gestión de riesgos no se asume en forma preventiva, donde las autoridades no escuchan a las comunidades, donde no existen protocolos de acción que permitan salvaguardar vidas.
Cuando pase los primeros días de la urgencia y a la estela del dolor que nos dejará la muerte y desaparición de muchos compatriotas, habrá que seguir trabajando por los amigos de Las Tejerías. El esfuerzo deberá ser constante para vencer el olvido que impone el paso del tiempo. La reconstrucción de la comunidad nos compromete a todos, y nuestro esfuerzo será el mejor tributo para todas las víctimas y sus familiares.
Este es nuestro compromiso.
Fundador de Alimenta La Solidaridad y de Mi Convive.
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