Carlos A. Betancourt: De lo Ancestral a lo Contemporáneo

“Comence tomando  fotografías,  pues también soy fotógrafo y videoartista, y estuve trabajando tiempo en el Bolivarense como reportero gráfico, me retire, y comencé hacer un libro sobre el Estado Bolívar municipio y sus municipios, para registrar sus peculiaridades y la heráldica de sus escudos fueran creada o recreados por sus niños.  Después me fui al Amazonas a Puerto Ayacucho y me interne en la selva con ese compromiso, y comencé a conocer al indígena y eso lo fui archivando. ”(CAB:2022)

 Después de está épica hace la  exposición  en el ecomuseo que se llamó “El préstamo olvidado”. Inspirado en en el arte  de  la mujer warao tanto en sus tejedurías, como en lo colorido de su vestir,  y empezo a recorrer por agua el Orinoco:  Brazo caciquiare, San Carlos de Rio Negro,Iisla de Ratón,el río Meta,(Colombia) la Piedra el Cucuy,río Negro,  Manaus, hasta el Delta Amacuro  y se sorprendió mucho  como entre los Warao la cultura, la comida, la bebida se  centran en la palma  de árbol de vida. A diferencia de otras culturas amazónicas.  Realizó varios documentales de sus exploraciones, que fueron muy bien recibidos. En esa etapa de su vida  empezó a estudiar la etnografía, de los indios Tamanaco, y de  los caribes   en  las crónicas de misioneros, etnógrafo e historiadores para conocer sus diverso mitos del origen.Pues cada etnia amazonense tiene sus mitos  de origen de toda la realidad en que están inmersos, ya sea el fuego, su cultura material  los elementos, o  la fauna y flora y estos también determinan su estética.

Cuando encuentra el universo cultural  del Delta, se percató  como  casi  todo en esta cultura giraba alrededor del árbol cósmico: el moriche, tomó la firme decisión de que en este arte sagrado se inspiraría para tramar su variada  propuesta visual. Este lenguaje simbólico se convirtió por décadas  en la base de  lenguaje plástico. Para familiarizarse con ella    convivió con varios grupos warao para vivenciar  a su visión del mundo,   y como se transmuta la palma de moriche en hilo para hacer sus recipientes, adornos, chinchorros  en  es ets etapa  esta que inspiración a crear  la exposción que llamó:»Jardines Ancestrales.”

La sociedades selváticas ancestrales, como la warao, en el Delta del Orinoco,    se centra en alrededor del árbol cósmico, con valoraciones positivas, pues él es fuente de vida, siendo incluso bebida que brota de su interior. Es una metáfora de sociedades que viven en convivencia con la naturaleza, pues su existir está  entramado con la naturaleza, no con un astro como el Sol,  tal como ocurre con los aztecas que se centra en lo solar  aunque el vínculo con lo natural es de armonía, y en él ven la razón de su existir.

 La visión del mundo Warao, Yanomami, Yekuana están opuestas  a la mitología occidental que se fundamente en el la Biblia, en el Antiguo Testamento,  en el Génesis donde la naturaleza tanto la  fauna es percibida, como un don de Dios dado la Humanidad, así la manzana, que seguramente no fue tal, pues en el medio oriente, no existía ese fruto, y los mitólogos han llegado a la conclusión de que posiblemente fue un membrillo el fruto que tentó a Eva y Adán, a comer desobedeciendo a su creador del árbol del conocimiento, por las insinuaciones de la diabólica serpiente… Es esta un antítesis de la mitología  amazónica y ancestrales, donde los árboles y las serpientes son sacralizadas, y respetadas  lo cual crea sociedades ecológicas, a diferencia de la Occidental. Y esta oposición determina dos visiones del mundo opuestas, que el artista recrea en sus creaciones, al usar el fruto de este árbol o palmera cósmica como eje de su propuesta estética,  así es recreado en su mayoría en esculturas orgánicas. Es por tanto un arte que transmite el concepto de arte no  perdurable en el tiempo,  efímero, aunque en algunas piezas como Armonía Cósmica, 2018 introduce una especie de espiral metálico para colgar las fibras y semillas, por tanto parte de la obra no será perdurable, y así en otras piezas mezcla lo orgánico con pequeñas tiras de materiales contemporáneos como el plástico fusionando estas dos estéticas. Creadas por tanto con materiales donde domina lo que nacen de la tierra y a ella retorna, para transmitir uno de los conceptos ejes del mito: El eterno retorno. De ahí la omnipresencia en su arte  de la fibra de  palmas, de su fruto, que tiene una connotación muy diferente al fruto del Edén. El árbol del edénico no es fuente de vida sino de pecado y muerte, de esta visión se desprende una actitud ecocidio hacía la naturaleza, que el hombre selvático no posee. Que le hacer percibir a la civilización occidental el cosmos natural como un obstáculo que  debe dominado y conquistado; de ahí el ecocidio actual del planeta, y la concepción de una planeta desechable, a diferencia de la visión de las culturas ancestrales selváticas, donde tanto el árbol de la vida, sus frutos y fauna son sacros y  no son percibidos como asociaciones negativas o demoníacas.. Esto se traduce en que el tratamiento que hace el artista de los materiales, para hacerse eco de esta visión  es de  armonía,  donde la humanidad se percibe como parte de la naturaleza, de ahí el uso de estos materiales en sus obras para hacerse eco de esta concepción ecológica y mitológica del mundo. Por tanto son piezas hechas con materiales de la palma moriche, uno de los tantos árboles sacros de las sociedades silvestres. No por casualidad, usa pocos los materiales plásticos, sino son esculturas, ensamblajes e instalaciones  tramadas con hojas de la palma de donde nacen la fibras de las artesanias warao,  y la estética que asuen son  determinadas por la mitología y la cosmogonía que rodean a esta  palma, desde el instrumento fundamental de todo su religiosidad como es la maraca chamánica del Wisidatu, que es adornada por  fibras de la palma sacra, imitando una palmera, hasta de interior del tronco de la palma de donde  extraen   el vino selvático que consumen ritualmente, en sus festividades.

 Uno de los ejes  de la propuesta estética de Carlos Arturo Betancourt, es que fusiona   lo ancestral con lo  contemporáneo sin ningún prejuicio. Como se revela en sus piezas, como ocurre con la serie Tótem de Tormentas, integrada por materiales como palo de Sangrito,(palo de Cristo), en cortes horizontales, y circulares de los cuales cuelgan fibras   con semillas que  transmiten la ide un ser mitológico sagrado, que es considerado un ancestro mítico de lo uránico.   La fibra con que el artista trama sus piezas, no por azar  es uno los elementos fundamentales  de la cultura material Warao, un ejemplo es el chinchorro,  cuya fibra como es extraída  del cogollo de la palma, tejido en telares verticales por las mujeres donde transcurre su existencia  desde que nacen hasta que mueren, pues al morir son enterrados  envueltos en este especies de camas levitantes. De ahí que el artista haga tan presente en cada una de sus propuestas esta fibra, asociada mitológicamente a la anaconda como ser sacro. El fruto de moriche cortado horizontalmente, o pintado  lo fusiona con formas serpentinas de ahí que sean el tema de varios de sus cuadros, e instalaciones donde introduce la arena del río Orinoco en forma de círculo, y una especie de tótem en el centro para transmitir la cosmovisión Warao en tres planos cósmicos. En su variada propuesta dominan los colores ocres, verdes, el azul ondulante, pues estamos ante la gente del agua, de la cual deriva  el nombre de patria como “pequeña  Venecia”, pues viven sobre el agua en palafitos. Hechos sobre troncos de palma, también el piso y el techo tradicionalmente se cubren con palmas.  Sus  bases son frágiles, así su existencia deviene sintiendo el ondular del agua, que es parte de su existencia, por  las mareas, y subidas y bajadas del nivel del Delta por su afluente: El Orinoco. El azul, y el verde es importante junto a  los ocres en casi todas sus obras,  y  fundamentalmente  dominan en lo él que llama cuadernos de artista, donde une diversos dibujos pictóricos en forma de un biombo,  estructura semejante  a los códices mesoamericanos, uno de ellos es ganador del Primer Premio en Homenaje a Oscar D Empaire del Centro de Bellas Arte y del Ateneo de Maracaibo, en el concurso de Libros de Artistas, 2022.   

 Su seudónimo como artista es Tamanco, hace referencia a los  caribes y al cacique que ofreció resistencia a los conquistadores de lo que el siglo XV. Pero también al paradigmático mural en mosaico del artista Carlos Rengifo, ubicado en el Centro de Caracas.

 Desea crear una propuesta visual que no sea narrativa, para eso ha realizado diversos documentales sobre sus viajes por el Orinoco, que muestra sus experiencias de expedicionario  que siguen  las huellas de Humboldt, al hacer referencias conceptuales  al primer explorador del Amazonas.

 Es esta una obra lúdica, que llama al público a tocarlas pero paradójicamente es frágil,   el público  solo puede  rodearla, e indagarla.. Es un llamadas  a la curiosidad y la atención del público de estas sociedad que estan siendo amenazada por  la descilivización, el ecocidio,  el genocidio, pues son tan frágiles como sus obras. Carlos es un inmigrante que vive actualmente en Colombia, que se vio obligado a huir del paradójico laberinto que es Venezuela, su hogar quedó abandonado en Ciudad Bolívar. Capital cercana a las recónditas selvas, que no solo ocultan a las culturas ancestrales, sino también a los biomas más ricos en  el planeta, pero trágicamente también son ricos en oro, diamantes..,  y estas culturas ancestrales son solo vistas como obstáculo para la obtención de estas riquezas, de ahí las diversas masacres que se han dado entre los Yanomami.

 Ese equilibrio entre la cultura y la naturaleza de las culturas silvestres, de cada una de estas propuestas es una de los rasgos distintivos del artista, de ahí que haya dedicado su vida a conocerla y recrearla. Recientemente acaba de ser invitado a  la Trienal de Arte Latinoamericano de Nueva York (NYLAAT),  en su edición del 2022, que tendrá lugar en esa ciudad  norteamericana bajo el tema de “Abya Yala: Orígenes Estructurales, durante los meses de septiembre,  a diciembre del año en curso, evidenciando  el reconocimiento a su obra, y a su creador que desea mostrar ese rostro de Venzuela, pleno de riqueza cultural y belleza que en el presente se encuentra en peligro, de ahí la importancia no solo de esta filosofía estética, sino del derecho a la vida que tienen estas etnia a  existir.

https://www.analitica.com/opinion/carlos-a-betancourt-de-lo-ancestral-a-lo-contemporaneo/

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