Absurda, incomprensible, insolente y desconsiderada la decisión del desgobierno actual por el envío de unos 160 mil barriles de carburante (gasoil) a Cuba, cualesquiera hayan sido las razones, justificables o no, ante las fallas del mismo en la Venezuela socialista del siglo XXI, arruinada producto de la demagogia y sofismas de una filosofía jurásica, herejía moderna, cuyo objetivo pretendido no es otro, sino la promoción y distribución equitativa de la miseria, mientras sus adláteres disfrutan de prebendas en desmedro de los más necesitados, socialmente. Envío efectuado pese a la escasez de gasoil que ha paralizado a la producción agropecuaria y, en efecto, la de alimentos a lo que se suma las penurias a causa de las lluvias, en las diferentes Regiones administrativas del país, con entidades de producción agroalimentaria.
Por otro lado, el transporte público de pasajeros y carga también se encuentra paralizado, hasta en casi un 50 por ciento, a la espera de combustible en colas madrugadoras, lo que implica pérdida de miles de horas/hombre, a deducirse por el promedio de personas que permanecen y hasta pernoctan durante horas y más horas; de unas seis a siete personas a diario, con sus vehículos, en hileras kilométricas de automotores de todo tipo, aparte de la matraca y arreglos prioritarios que conlleva tal operación, problema que se resuelve, paliativamente, y casi de inmediato se repite el ciclo en virtud de concesiones producto de ”convenios y/o arreglos políticos” por la “vigencia” de una revolución descabellada, cuyos líderes solo piensan en su pasión empoderada ( el poder por el poder), al costo precisado o “el fin justifica los medios”, según Nicolás Maquiavelo. Y, otras actitudes en contravención legal (costos trasladables al consumidor final), pues en el mercado negro el costo del gasoil oscila entre unos dos a tres USD/litro.
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