Su vocación por la patria le transmitió la energía necesaria que le acompañó durante toda su vida, para asumirla y defenderla en las difíciles circunstancias que confrontó en las diferentes etapas de su existencia, caracterizadas por su valentía, inteligencia y disposición a las tareas más adversas en función de lograr sus objetivos.
Ese talante fortalecido a partir de una intensa formación cultural y política le permitió forjarse una visión propia del tiempo y del espacio que le tocó vivir, desde su adolescencia hasta su desaparición física. Su análisis político no obedeció a la tutela de liderazgo alguno, por el contario fue su fortaleza para sobrevivir a las torturas de la dictadura perejimenista y luego afrontar los dogmas que castraron a la izquierda latinoamericana, los cuales debió superar para reconocer equivocaciones y logros.
Con este bagaje teórico no vaciló en 1960 desafiar a la generación fundadora de Acción Democrática, y fundar el MIR cuya aureola lo acompañó en sus avatares políticos, posteriormente se acogió a la política de pacificación del Gobierno de Rafael Caldera en 1970 y rompió con el foquismo guerrillero castrista.
La etapa de mayor esplendor de su liderazgo la desplegó en la fase de reconstrucción del MIR en la década de los 70, al ser candidato presidencial y destacarse en las brillantes jornadas que el partido librara en las universidades venezolanas, donde la Juventud del MIR pasó a ser la primera fuerza estudiantil universitaria, convirtiéndose en el dolor de cabeza del puntofijismo y de su competencia en la izquierda el MAS de Petkoff
En ese periodo libró épicas batallas en el movimiento sindical al ganarle a la burocracia sindical adeca y al resto de la izquierda el sindicato SUTISS en Guayana, igualmente en los sindicatos petroleros de la Costa Oriental del Lago al ganar el Sindicato Petrolero de Lagunillas con la corriente sindical La Chispa.
Si Moisés Moleiro fue un maestro de la ironía y el sarcasmo en el debate con el adversario en el Congreso Nacional, Américo fue un orador de fuste, el más destacado de la izquierda venezolana a través de un verbo flamígero y emotivo que contagiaba a quienes conocieron sus vibrantes discursos.
Toda esta etapa de su trayectoria política confrontó la más dura prueba con la división del MIR, como manifestara Américo en su artículo publicado el 12/04/2020 en el diario Tal Cual, Saber luchar, Saber Negociar “Enredados en hieráticas discusiones ideológicas, aquella generación, llamada a alcanzar la cima del liderazgo, sucumbió en medio de intransigencias recíprocas muy lamentables”.
Ello no impidió que continuara en su cabalgata por la democracia, como lo fue su participación en la Mesa de Negociación de 2002, donde fuera incorporado como Asesor de la delegación opositora por su valiosa trayectoria política.
El sacrificio de Américo a lo largo de su vida no fue en vano, nos dejó una obra inmensa de análisis político de la Venezuela del siglo XX, sus memorias y artículos del presente siglo XXI frente a la dictadura que permanentemente cuestionó, los cuales son una lección obligada para una clase política que no aprende de sus continuas pifias y disparates.
Finalmente, para que veamos los misterios del destino, Américo Martín falleció un 17 de febrero de 2022, y su gran compañero de partido y fundador del MIR falleció un 16 de febrero de 2002. Mis condolencias a Nancy su esposa, a sus hijos, y a toda la familia, y a todos los venezolanos que lo reconocieron como una figura de primer orden en nuestro país.
https://www.analitica.com/opinion/americo-martin-y-su-irreverente-pasion-por-venezuela/