Hace más de veinte años, con motivo del criminal y extremadamente mortífero atentado que destruyó las Torres Gemelas de Nueva York, y que se determinó claramente y con pruebas, que había sido una acción de Al Quaeda, el grupo terrorista auspiciado por el gobierno de los Talibanes en Afganistán, los Estados Unidos, con autorización de las Naciones Unidos, lograron que una coalición de ese país con países miembros de la OTAN, invadiera a Afganistán y derrocara el gobierno talibán.
Se pensaba que, con la presencia de tropas de la coalición, apoyo diplomático y financiero internacional, se podría estabilizar un gobierno democrático, que ansiaba una gran mayoría de los afganos, y contar con unas fuerzas armadas apoyadas y entrenadas por los ejércitos de la coalición, particularmente por el de los Estados Unidos. Pasaron más de veinte años sin que se lograra detener la amenaza de los talibanes. Nada de eso se logró. Por tal motivo países de la OTAN decidieron retirarse y en los Estados Unidos, el presidente Biden decidió lo que ya el presidente Trump había antes decidido, y ordenó el retiro de todas las fuerzas armadas norteamericanas que quedaban en Afganistán.
Con el retiro de las fuerzas armadas norteamericanas, los talibanes en pocos días se apoderaron de todo el país, sin que el ejército afgano, a pesar de haber sido entrenado y contar con armamento moderno, pudiera impedirlo. Los talibanes llegaron a Kabul y allí instalaron su gobierno.
El terror de los afganos, sobre todo el de las mujeres, que recuerdan con horror lo que sufrieron cuando los talibanes gobernaban, hacen que haya multitudes que quieren tener acceso a un avión que las saque de Kabul. Ya se ha visto como a una mujer que no tenía cubierta la cara, la mataron ayer en plena calle, después de haberla humillado. Si uno se pregunta qué pasará con un nuevo gobierno de los talibanes puede asumirse que seguirán aplicando, ad libitum, la Sharia. Los talibanes han asegurado que las mujeres «estarán felices de vivir bajo la Sharía», pero ¿qué puede ésta suponer para ellas? Pero esa ley el gobierno de los talibanes la aplicó en forma muy estricta, cosa que ahora temen las mujeres
Si uno se pregunta qué puede hacerse para evitar el horror que antes se vivió, hay que decir que queda descartada una intervención militar como la que hubo durante más de veinte años. Hay que tomar en cuenta que, en la actual situación, sumamente crítica, no podrá haber gobernabilidad ya que el régimen no tiene recursos. Tal vez podría pensarse en una intervención de la ONU, con sanciones y medidas, entre las cuales armar un operativo para quienes quieran abandonar el país, puedan contar con recursos, tal vez un puente humanitario. Hay que pensar en qué países van a reconocer el nuevo gobierno y estén dispuestos a auxiliarlo.
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