El título en cuestión es solamente una mítica frase que retrata o caracteriza al ser humano. Pero, animal al fin -y pedimos disculpas a los demás integrantes del reino animal por el hecho- inexplicablemente, comete el mismo error repetidas veces. De hecho, lamentablemente, los venezolanos son hoy un enorme espejo que refleja todo lo que se debe hacer para destruir y arruinar a un país rico y próspero.
Recientemente, se realizaron en Perú las elecciones presidenciales, en las que tuvieron que ir a una segunda vuelta electoral, al haber competido en la primera múltiples candidatos, pero ninguno de ellos rebasó el porcentaje necesario para convertirse en el ganador, teniendo que competir los dos candidatos más aventajados en la segunda vuelta. En esa segunda vuelta, compitieron los candidatos Keiko Fujimori y Pedro Castillo. La primera, en representación de la derecha democrática, y el segundo en representación del fantasmagórico chavismo venezolano. Curiosamente, este último, durante su campaña, amenazó con expulsar al millón de venezolanos refugiados en el Perú. ¿Causa?: por haber huido de Venezuela, y hacerlo rechazando al chavismo, es decir, a quien considera causante de sus miserias.
El resultado insólito de las elecciones fue que los peruanos, frente al lamentable espejo venezolano durante los últimos casi 22 años, y en los que el chavismo arruinó, y prácticamente ha destruido al que era el país más próspero de América del Sur, y obligando a más de 6 millones de venezolanos a emigrar por hambre y miseria. En el Perú, votaron insólitamente en forma masiva por el candidato del chavismo Pedro Castillo, causando un casi empate entre los dos candidatos de tan opuestas características. Sólo resta verificar o validar las miles de actas anuladas fraudulentamente, según denunció la candidata Keiko Fujimori. Ella argumenta que, según sus cálculos, le usurparon medio millón de votos, con los cuales, y según su denuncia, sería la segura próxima presidenta ganadora del Perú. ¡Veremos!
En relación al caso de Venezuela, y sin pretender hacer un análisis del rosario de errores cometidos tanto por el gobierno como por la oposición, las reseñas políticas dan para todo. La oposición, durante los prolongados últimos casi 22 años gobernando el chavismo, ha concurrido como mansas ovejas a más de 20 procesos electorales. En ellos, han perdido invariablemente, y cantando fraude electoral. Aunque lo ha hecho con un Consejo Nacional Electoral y un Tribunal Supremo de Justicia, íntegramente controlados por el chavismo. Desde luego, es de ingenuos creer que en tales grupos se producirá lo añorado: el reconocimiento a sus reclamos. Porque la verdad es que en ellos nunca han prosperado ni prosperarán denuncias por fraude electoral.
En Venezuela, para el mes de noviembre del 2021, el régimen ha convocado a la celebración de unas elecciones regionales, y ya una parte importante de los partidos de la oposición, como moscas atraídas por queso, han anunciado que concurrirán al evento, con la esperanza de obtener un cargo, además de hacerlo con la excusa de no ceder espacios, para que luego los pocos cargos ganados los controle o neutralice el régimen, nombrándoles «PROTECTORES». Pero, y como si no fuera poco, los promotores del citado evento, además, han anunciado oficialmente para el año venidero, como una espada de Damocles, la imposición del «Estado Comunal».
¿Propósito?: dejar anulados los supuestos y pocos triunfos obtenidos en las anunciadas elecciones. Además de, ignorando el alcance de la jugada, adicionalmente, que al concurrir a esas elecciones, estarían legitimando los poderes que internacionalmente han sido calificados de ilegítimos.
Todas estas contradicciones, traiciones, acusaciones de corrupción dentro de la misma filas opositoras, ambiciones personales y errores de tácticas y estrategias, han causado un gran desconcierto y desesperanzas ante el pueblo opositor, hoy conformado por más del 80% de la población. Igualmente, ante los muy importantes respaldos y reconocimientos internacionales logrados, están conscientes de que Venezuela no es tan sólo un problema local, sino un gran problema internacional. Pero, al observar a la oposición interna desunida y sin objetivos claros, además, sin tener o lograr una estrategia interna y externa común para resolver la situación, no han podido hacer ni dar un respaldo determinante para restaurar el orden y la democracia en el país. Adicionalmente, se ha concurrido a unos supuestos diálogos en busca de acuerdos (Caracas, Republica Dominicana, Barbados, Noruega) en donde lo único logrado es darle tiempo al régimen. Y, adicionalmente, aún así, quieren intentarlo una vez más ahora en México, donde, seguramente, no se llegará a nada, quizás sí propiciar más frustración y pérdida de tiempo.
Afortunadamente, la Sociedad Civil, en su angustia, independientemente de los partidos políticos, está concretando una alianza importante entre todas las organizaciones civiles, sindicatos, estudiantes y profesores, gremios profesionales y técnicos, iglesias, jubilados, militares en retiro, sector salud, entre muchos más. Han podido lograr y conformar lo que han denominado » CONFERENCIA CIUDADANA PARA EL RESTABLECIMIENTO CONSTUTUCIONAL Y DEMOCRÁTICO DE VENEZUELA». Se trata de una figura realmente institucional que, en su representación, está integrada por 243 personalidades de todo el país. Se trata de ciudadanos de amplia experiencia y conocimientos, respaldada por un «CONSEJO RECTOR» operativo de 67 integrantes, y conformado por una pluralidad de dignos representantes de los principales sectores de la sociedad civil venezolana.
Este grupo configura una representación en la que sobresale una expresión en la que todos aparecen integrados con el propósito de proponer lo siguiente: consultar al PUEBLO SOBERANO, la máxima y única autoridad irrefutable constitucionalmente, de ir a una elección de ASAMBLEA CONSTITUYENTE, con sus respectivas bases comiciales y nombrar electoralmente los 320 constituyentistas, con la inclusión y participación de TODOS los venezolanos. Lo harían en paz, sin violencia y sin la intervención del cuestionado Consejo Supremo Electoral ni el Tribunal Supremo de Justicia, tal y como lo señala la Constitución, con vigilancia y participación internacional, garantizando un proceso imparcial y justo.
El propósito y alcances de objetivos haría posible que se permita que esa plural gran Asamblea Constituyente reformule, reconstruya y unifique a todo el país en un reencuentro pacífico. Además de contar con todo el apoyo técnico y económico del ámbito democrático internacional, permitiéndole el país el rescate y el regreso de todos nuestros hermanos venezolanos dispersos en el mundo.
Nadie puede oponerse ni objetar la voluntad del Pueblo Soberano. El llamado a una Asamblea Nacional Constituyente es la solución al reencuentro y pacificación del país.
https://www.analitica.com/opinion/el-hombre-es-el-unico-animal-que-tropieza-dos-veces-con-la-misma-piedra-2/