El populismo radical que impuso Hugo Chávez y ha profundizado Nicolás Maduro está llevando al proyecto socialista a un callejón sin salida en un momento en que los tres factores que lo han sostenido están presentando una inevitable quiebra ética, institucional y política y la base electoral es cada vez más reducida
El populismo radical que impuso Hugo Chávez y ha profundizado Nicolás Maduro está llevando al proyecto socialista a un callejón sin salida, en un momento en que los tres factores que lo sostienen están presentando una inevitable quiebra ética, institucional y política.
La primera de ellas ha sido la pérdida de la base electoral que los llevó al poder en 1999. En segundo término, el poder militar y policial sufren la peor crisis ética e institucional de los últimos 60 años; y en tercer lugar, los grupos colectivos de base, auspiciados desde el poder para sostener a la revolución, han devenido en bandas delictuales que comienzan a independizarse y a controlar territorios y a convivir con los negocios ilícitos del crimen organizado.
Este último elemento se agrega al avance de las bandas criminales y los grupos armados irregulares en el país.
La ideología ya no es un mecanismo suficientemente persuasivo para cohesionar las bases de apoyo y en cada área -militar, gubernamental y política- el tema económico y el lucro personal tienen prioridad sobre su alineación al régimen. Esto sucede en un país llevado a la quiebra económica, la desaparición del salario y las conquistas laborales y sociales labradas en 60 años.
Violencia criminal
Los poderes públicos que perdieron su independencia para convertirse en instrumentos políticos para soportar el poder deben coexistir con las estructuras delictivas, al igual que la institución militar y las policías, en donde algunos de sus miembros terminan formando parte de esa coexistencia.
Sucesos como los ataques en Apure, el avance del “Coqui” que gobierna en la barriada Cota 905 en Caracas; y hechos como el registrado la noche del pasado 1 de junio en Altagracia de Orituco, estado Guárico, son síntomas de que la seguridad del país escapa del control de las autoridades y de las instituciones.
En el estado llanero de Guárico un contingente armado, presuntamente de la banda que dirige “El Malony” en esa región, según reportes de los medios locales, atacó la sede del Comando Antiextorsión y Secuestros (CONAS) de la Guardia Nacional Bolivariana.
Un factor que ha profundizado la ruptura estructural de la base social es la consolidación de una nueva “élite social”, que junto a las cúpulas del poder no escatima a la hora de exponer sus lujos y privilegios, los vehículos blindados y la toma de las zonas residenciales lujosas de la capital. Sus privilegios visibles contrastan con el deterioro económico y social reflejado en múltiples rostros de personas detrás de camiones de agua, hurgando en la basura o implorando atención médica.
Las bandas armadas y la FANB
Los enfrentamientos armados en el estado Apure en los que un sector disidente de la guerrilla colombiana FARC ha sostenido una disputa contra la FANB por el dominio del territorio durante más de dos meses, revelan las deficiencias y el deterioro que ha sufrido la institución armada en 20 años de chavismo, tal como lo explican analistas especializados.
El balance de estos enfrentamientos arrojó 20 militares fallecidos, ocho prisioneros -ya liberados-, tres desaparecidos, 32 heridos, más la migración temporal de unos 6.000 mil pobladores venezolanos a tierras colombianas huyendo de los combates. La guerrilla atacó puestos de control, sembró minas antipersonas y los jefes de esta organización armada siguen presentes en la zona.
El origen del conflicto estuvo relacionado con la disputa por el territorio y las rutas en el negocio de la droga a través de esa zona del Alto Apure. El Alto Mando Militar evitó mencionar que se trataba de las FARC disidente que dirige el colombiano Gentil Duarte y quien está enfrentado en esa disputa con las FARC “Nueva Marquetalia” de Iván Márquez, aliado del gobierno de Nicolás Maduro.
Supuesto rescate
La presencia del frente “Gentil Duarte” de las FARC en el Alto Apure se evidenció en los dos videos difundidos por la organización armada donde nuestra a los ocho efectivos secuestrados por la organización. Se presume que los militares fueron liberados mediante una negociación entre el grupo armado y el alto mando militar. Sin embargo, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López y el comunicado oficial de la Fuerza Armada habló de un “rescate” y no se conoció de ninguna operación en la zona ni de daños colaterales por la presunta acción.
Lo sustancial es que en esta zona siguen asentados el Ejército de Liberación Nacional (ELN), sectores del frente 28 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la fracción disidente de las FARC de Iván Márquez y Jesús Santrich y el Frente Bolivariano de Liberación (FBL).
FundaRedes, la ONG que preside Alejandro Tarazona, ha venido registrando el avance de los grupos armados en los estados fronterizos. También denunció la existencia de una serie de propiedades en territorio nacional, donde se reúnen y se resguardan los cabecillas de las FARC y el ELN, en los estados Táchira, Barinas, Guárico y Miranda.
La ONG aseguró que los principales dirigentes guerrilleros que usan estos sitios de protección son: Nicolás Rodríguez Bautista alias “Gabino”; Eliecer Herlinto Chamorro, alias “Antonio García”; y Gustavo Aníbal Giraldo Quinchia, alias “Pablito”, del ELN. Mientras que por las FARC se movilizan Iván Márquez y alias “Villa, Chalo, y Richard”. Este último capturado recientemente en Colombia y -según medios colombianos- habría llevado 160.000 dólares para financiar las protestas violentas en el vecino país, enviados por Iván Márquez.
Bandas armadas
De acuerdo a estimaciones oficiales en Venezuela actúan cerca de 110 bandas y megabandas armadas. Estas organizaciones se han ido apoderado del crimen organizado, extorsión, secuestro y tráfico de drogas. Una característica común es el dominio de territorios, la imposibilidad de las fuerzas públicas de acceder a las zonas en donde operan y el sometimiento de la población que comienzan a aceptarlos como autoridad local.
A diferencia de organizaciones como las FARC, el ELN y el FBL, estas organizaciones no tienen ideología solo fines económicos. Suelen tener cerca de 60 miembros aunque hay bandas como la de “El Coqui”, en la Cota 905, Caracas, que cuenta con cerca de 120 miembros, control sobre la comunidad y se ha extendido a La Vega, otra populosa barriada del oeste de Caracas.
La megabanda de Aragua identificada como “Tren de Aragua” es quizás la más grande del país con cerca de 300 miembros. Se ha extendido a seis estados del país y ahora tiene presencia en Colombia, Perú y Brasil. Las fuerzas policiales y militares venezolanas no han podido neutralizarlas y cada día son más poderosas y suman territorios. Poseen alto poder de fuego con armas como fusiles, explosivos y granadas y hasta sistemas de vigilancia a través de drones.
https://www.analitica.com/opinion/los-tres-factores-que-sostienen-a-nicolas-maduro-estan-presentando-un-quiebre/