Desde que Américo De Grazia anunció su candidatura a la Gobernación del estado Bolívar, inmediatamente se generaron opiniones encontradas en la población y la dirigencia política. Ahora, anunció su regreso a Guayana para la primera semana de junio.
La mayoría se apega directamente al Acuerdo de Salvación Nacional propuesto por el presidente interino Juan Guaidó, y reserva su posición particular sobre el caso del parlamentario de la Asamblea Nacional electa en 2015, aún en el exilio.
Para María Álvarez, dirigente político de Bandera Roja en Bolívar, lo que se debe buscar es la unidad.
“Son tiempos de tomar las banderas y seguir caminando, seguir luchando en unidad. A mí me parece que el regreso de Américo De Grazia es muy bueno. Si el considera que tiene todas las condiciones para regresar y cuidarse de que no le pase nada, que es bien difícil, porque lo que estamos en Venezuela estamos en una situación crítica”, opinó Álvarez.
Reiteró que si De Grazia considera, dentro de sus pertinencias, que su seguridad está resguardada, entonces es propicio su regreso.
“Aquí hace falta también que la gente asuma lo que dice, porque la constancia es lo más importante en la política. La gente debe ser constante con lo que dice, coherente con lo que dice. Los venezolanos no podemos seguir en eso de que están en una situación y después vienen y dicen otra cosa, como ha pasado con los ‘alacranes'”, manifestó.
Al referirse a estos dirigentes que en su momento dieron la espalda a Guaidó, descartó que De Grazia forme parte de este grupo, como en su oportunidad él mismo ha negado hasta ahora, aunque ningún partido reconoce si lo postulará a las regionales.
“Yo creo que Américo no va a ser candidato de ‘alacrán’, entonces yo creo, tengo confianza de que Américo va a buscar la unidad. Y hay mucha gente que quiere ser líder en Upata y en el estado Bolívar, y tiene que buscar la unidad quienes están en este momento en la lucha permanente”, sostuvo Álvarez.
Es de recordar que además de estar inhabilitado políticamente, De Grazia y Mariela Magallanes fueron desterrados a Italia el 30 de noviembre de 2019, luego de seis meses hospedados en la Embajada de este país en Venezuela, para protegerse de la persecución que inició el régimen después de los hechos del 30 de abril de ese año.
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