El Coqui
Si el Coqui fuera presidente de Venezuela no estaríamos viviendo un genocidio, viviríamos seguro una dictadura caótica, anárquica, pero jamás la persecución sistemática y generalizada contra todo aquello que no se somete a sus criminales dictámenes, como en el chavismo. Es decir, el Coqui no hambrearía, enfermaría, encarcelaría y torturaría a su oposición política. Ignorante –como es– no sabría qué hacer y seguramente masacraría a muchas personas, no a todo el país.
Porque lo que estamos viviendo los venezolanos, lo he dicho antes, es el modelo soviético que implementaron Trotsky y Stalin para someter a una nación aniquilándola.
Eso es el chavismo.
El Diosdi
El Diosdi y su Maduro, de manera consciente y deliberada, como expresamos antes, siguiendo los crueles métodos tanto de su eterno Chávez, como de Lenin, Trotsky y Stalin, están exterminando de hambre y enfermedad a una población para así poder someterla y controlarla, para así poder seguir robando y enriqueciéndose, para así lograr que sus novias y sus hijos alardeen descaradamente su riqueza.
El Diosdi y su Maduro han asaltado y secuestrado a un país, el Coqui asalta y secuestra apenas un barrio caraqueño.
El Coqui, frente a el Diosdi, es un bebé de pecho.
Dos ejércitos
El Coqui emplea a unos muchachos no muy entrenados para cometer sus fechorías, eso sí muy bien armados, mientras el Diosdi usa las Fuerzas Armadas, el Tribunal Supremo de Justicia, la guerrilla, los terroristas islámicos, el cartel de los soles y toda la mafia que habita y hace vida criminal en Venezuela. Así que, como en Apure, lo que observamos es un enfrentamiento de mafias entre el Coqui y el Diosdi, pero en Caracas.
Ni más, ni menos. Un enfrentamiento entre el gigantesco cartel chavista y las fuerzas anárquicas de un facineroso de barrio.
Lo paradójico es que el Coqui les esté ganando.
Tatuados de sangre
Mientras el Coqui y el Diosdi pelean entre sí, el pueblo de Venezuela se desangra. Ese el tatuaje cruel que marca la sensibilidad de nuestro tiempo: disparos, mafias, militares, colectivos, bandidos, tanques, motos, ruegos, llantos, muertos. Maduro, como buen orangután político, baila sobre las cenizas de la patria de Bolívar. En Apure y en el arco minero hay otras sendas guerras, es el chavismo, ha sido así desde el 4 de febrero de 1992.
Pensar que el Coqui es peor que el Diosdi es ingenuo, ambos son parte del mismo cuadrilátero político chavista y sus guerras.
Pero recuerdo, el Coqui no es un genocida como el otro.
¿La despedida?
El Diosdi está asustado con el Coqui y con sus coquitos, pero también está asustado con la sangrienta guerra que sacude Apure. No le asusta el hambre ni la enfermedad venezolana porque no le importa, sólo le asusta que lo saquen del poder y pareciera que el Coqui ha mostrado cómo. A el chavismo de Diosdi le asusta que sabe bien que quien a yerro mata a yerro muere… y ellos –los chavistas– han matado a muchos.
Me temo que la referencia del Coqui y la de Apure será interpretada por el pueblo venezolano como la única forma de liberarse del genocidio chavista. Lo presiento.
Así mostró su jeta el chavismo el 4 de febrero, ¿así la despedirá?
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