Veinte años atrás, Chávez Frías intentó asaltar definitivamente a la UCV so pretexto de una constituyente universitaria y, por escasas horas, se dijo de Agustín Blanco Muñiz como rector. Integrando al gobierno de entonces, la iniciativa contó con el respaldo de profesores como la vicepresidencial Adina Bastidas, los ministros Carlos Genatio y Héctor Rodríguez, el viceministro Nelson Merenres y Luis Fuenmayor como director de la OPSU.
A través de una asamblea y de la toma del consejo universitario, el estudiantado chavista voceó exactamente las aspiraciones del régimen principiante que aún trata de imponer. Y tampoco nada casual, algunos dirigentes oficialistas hicieron la pasantía por Cuba, denunciada igualmente la toma como un esfuerzo previamente estudiado y planificado, contando con todo el peso favorable del gobierno venezolano.
Los asaltantes no lograron intimidar al rector Giuseppe Giannetto, con una larga y reconocida trayectoria a cuestas, quien afrontó el secuestro con coraje y gallardía. Todavía nos recuerda al senador Carlos Moros Ghersi, ex – rector de la casa de estudios, quien soportó personal y valientemente la represión chavista durante el cierre del Congreso de la República: sencillo, tenía madera de auténtico rector ucevista.
La violencia no arredró al rector Gianetto convertido en un dique moral ante el todopoderoso chavismo de entonces, manteniéndose firme en la defensa de la ciudadela de Carlos Raúl Villanueva. Y, valga la anécdota, los secuestradores quisieron atormentarlo musicalmente, por largas horas, a través de un estridente equipo de sonido apostado como pieza artillera en las inmediaciones, pero – nada casual – al rector y consumado académico gustaba de la salsa cabilla como género.
Dignamente superados, los sucesos del 28 de marzo de 2001, dieron origen a un movimiento estudiantil oficialista, minoritario y violento, diluido con los años, y que jamás levantó vuelo y, mucho menos, mística. A pesar del respaldo gubernamental, con todos y los más variados recursos imaginables, nunca ganaron limpiamente los espacios que demandaban y los miembros más destacados del M-28 no fueron precisa y posteriormente unos referentes éticos y políticos para el país, a juzgar por la respuesta que nos dio un profesor de la escuela de Trabajo Social que consultamos, sobreviviente a Maduro, con dos o tres dólares mensuales.
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